Quienes conocen Chile saben que no es llegar a su capital, Santiago y sumergirse en una metrópolis con todos los elementos de una gran ciudad, porque este increíble país tiene como destino una gran variedad de parajes para todos los gustos.
Calor, frio entre zonas desérticas al norte hasta inclementes paisajes helados al sur, su geografía se compone por ocho regiones que hacen de falda a la Cordillera Andina que le separa de Argentina entre otros países hermanos. Es en definitiva un país para los amantes del mejor vino, con una gastronomía de origen indígena cuyos platos integran el maíz y otros granos como elemento principal y una fusión latinoamericana de sabores en donde el mar es protagonista con sus incontables moluscos, mariscos y pescados preparados con bases culinarias propias de los pueblos de la costa del pacifico, pero – debo decirlo – no hay como desayunar frente al mar con un sándwich de pan de marraqueta relleno de ave (pollo mechado), palta (o aguacate) y por supuesto queso de cabra (para mí el mejor del mundo).
Hay mucho que decir sobre este largo país que alcanza los 4270 km y bastante más que disfrutar, pero no quiero extender mi relato para generalizar las bondades turísticas de este delicioso paseo por Chile. Es por eso que, quiero contarles de una zona ubicada en el centro de la IV Región (Coquimbo), que estoy seguro no todos conocen.
El “Valle del Elqui” y el pueblo de Vicuña, lugares que para mí son una verdadera Joya Escondida. Antes de hablarles de todas las maravillas que puedes disfrutar, es necesario mencionar que este es uno de los pocos lugares de todo el mundo donde puedes ver un eclipse solar en todo su esplendor. Si usted es amante de la astronomía, este es su destino. Un ejemplo de ello, fue el ocurrido el 2 de julio de 2019, en donde personas de todas partes del mundo concurrieron en masa.
Vuelos, hospedajes y transportes agotados. Todas las zonas aledañas desde Arica hasta la Serena y de allí hasta la frontera con Argentina, desde Ovalle hasta Coquimbo, absolutamente todo agotado. Una semana de frenesí turística para quienes conviven con el tumulto y alboroto de eventualidades como esta. En resumen, los eclipses son propicios para el impulso económico de la zona.
Para llegar al Valle del Elqui, puede tomar un vuelo nacional desde el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, en Santiago de Chile hasta la ciudad de La Serena (linda ciudad de costa al pacifico), y al salir del aeropuerto tomas un bus con dirección al Valle o si prefieres puede alquilar un vehículo y recorrer de su propia mano este bellísimo lugar.
Particularmente, tome el bus porque me permite observar mucho mejor cada paraje y poder fotografiar la magna belleza. Este es sin duda un viaje para los amantes de la naturaleza. Es una película fascinante de escenas de un viñedo tras otro. En una parada, el conductor nos permitió bajar y con el permiso de quien cuidaba la entrada de una de las plantaciones degustamos un racimo de “uva moscatel”; no puedo describir con palabras lo que paso en mi paladar.
Todos y cada uno de estos pueblos han pasado por el tiempo con la premisa de la productividad agrícola como forma de vida, combinada como el turismo. Y es que los paisajes todos sin excepción, desde que sales de La Serena hacia el interior del Valle son para deleitarse. El Valle del Elqui en la Región de Coquimbo, es uno de los destinos más visitados de Chile, que no te puedes perder si eres amante de la naturaleza y buscas sumar experiencias de viaje.
Destacan en este Valle las plantas elaboradoras de pisco, en dónde puedes conocer en primera persona los procesos de este destilado, hacer degustaciones y comprar los mejores brebajes. El “Pisco” es la bebida predilecta de los chilenos, aunque muchos dicen que es originario de Perú. Y es que la artesanía de la zona es también muy parecida, sobre todo los tejidos y suvenir que consigues en mercados y comercios en plena ruta.
A tan solo 30 minutos de la ciudad de La Serena comienzas a internarte en este maravilloso Valle, pasando por pequeños poblados como El Molle y Vicuña en donde puedes disfrutar de un sin número de opciones turísticas. Si eres viajero empedernido como yo, vas a reconocer de inmediato una magia que se te mete en tus sentidos y vas a enamorarte de esta joya turística.
Definitivamente, es un lugar místico que atrae público de todas las edades y nacionalidades. Te desconectas, el cansancio de la rutina citadina desaparece y casi casi tocas el cielo en aquellos paisajes naturales. Se dice que es el lugar con el cielo más limpio de Latinoamérica.
En la ruta hacia Vicuña, a unos 50 Km del punto de partida (La Serena), te consigues con otra maravilla, entre viñedos, paradores turísticos, hostales y restaurantes en el camino está el “Embalse Puclaro”, que es un importante reservorio de aguas situado sobre los antiguos pueblos de La Polvada, Punta Azul y Gualliguaica.
Es una foto obligada que puedes tomar desde algunas estaciones para aparcar, en cuya imagen resalta el color esmeralda de su fondo. Este mágico reservorio de agua para consumo humano y también utilizado para riego de los campos donde se cultiva la uva usada para la elaboración de Pisco, uva de mesa de exportación y en menor medida, producción de vino, es por esto que el agua del embalse es potable y pura, además de tener la prohibición de embarcaciones a motor, por lo que se permiten embarcaciones y disciplinas deportivas a vela como el windsurf y el kitesurf, también conocidas como windsurfing, kitesurfing y kiteboarding, creándose escuelas para estos deportes en el entorno poblado del embalse.
Otro atractivo en la zona, es la destilería llamada “Pisquera Aba”, y como lo he denominado “la casa del pisco chileno” porque es un lugar que engrandece la historia de bebidas tradicionales y enriquece el gentilicio chileno desde El Valle del Elqui. Esta empresa de tradición familiar desarrolla todos sus procesos productivos al 100% artesanales, desde la elaboración del pisco hasta el etiquetado.
Como se puede apreciar durante el recorrido en este precioso lugar, todas las uvas utilizadas para elaborar el pisco son Moscatel de Alejandría, Moscatel Rosada, Moscatel Austria, Pedro Jiménez y Torondel; todas cultivadas en tierras del Fundo San Juan en El Arenal, en la población de Vicuña. Este tiempo de productiva vida comenzó cuando en 1921 Alberto Aguirre Taborga, descendiente del conquistador español, compra la propiedad y produce pisco bajo su propia marca.
Es interesante conocer que el Pisco es el nombre dado a una variación de aguardiente de uvas producido en los países Chile y Perú, el cual es elaborado por medio de la destilación de la vid (viticultura), como el brandy y el coñac, pero sin la prolongada crianza en barricas de madera.
El lugar es sin duda un espacio para la recreación que incluye un recorrido por los viñedos con acceso para el turista, degustación de la variedad de sabores de Pisco, y un área para la estancia breve con servicio gastronómico.
El Valle del Elqui ofrece lugares donde pernoctar entre hostales y hoteles; así como diversos atractivos para los adeptos del Astroturismo como lo es el Planetario Natural Alfa Aldea y el Observatorio Mamalluca, ambos ubicados en Vicuña.
Al respecto de este peculiar pueblo, una de las descripciones más importantes es que es el pueblo natal de la magistral poeta Gabriela Mistral. Maestra de escuela y bautizada como Lucila Godoy Alcayaga, es una de las más relevantes figuras de la literatura universal. Galardonada en 1945 con el Premio Nobel de Literatura, su vida, su pensamiento social, político y su obra continúan siendo objeto de estudio y de controversia. En su ciudad natal Vicuña, puedes conocer varios lugares en su honor desde una estatua que la mantiene intacta ante los lugareños, la casa en donde nace y el Museo que lleva su nombre.
Los escritores sin duda sabemos de sus andanzas literarias, que la convierte en un icono para los románticos poetas del mundo. Así pues, todo Chile la sigue amando, ya que continua presente en escuelas, bibliotecas y centros culturales que llevan su nombre por todo el país.
El Valle del Elqui, indiscutiblemente es una Joya Escondida en Chile y al pie de la Cordillera de los Andes, sus increíbles vistas entre cerros y lagos, viñedos, sembradíos de manzanas, duraznos y melocotones, restaurantes y posadas para el descanso del viajero, le hacen brillar en medio de temblores e inviernos que alejan al turista durante algunos meses, pero que siempre vuelven porque su tierra y su gente los atraen como un néctar que los enamora y porque provoca quedarse en estos parajes desde donde el cielo se ve tan clarito como deliciosa copa de vino blanco chileno y un suspiro de amor frente a la esmeralda perdida de este viajero empedernido.
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